jueves, 12 de septiembre de 2019

La sombra en el río.

Sentado en la altura de un viraje del río, el joven príncipe se sienta a reflexionar sobre su vida y el futuro. Vienen a su pensamiento cientos de imágenes, de como debería ser su mundo. Un mundo afable y seguro para todas las personas.
El silencio inunda el valle con cantos de pájaros y el discurrir del agua, la escena rebalsa los oídos y la vista del príncipe. El, ve su vida, retazos de su infancia, las suaves palabras de su madre, la figura adusta de su padre en un palacio menos oscuro que el de hoy. Sin embargo su percepción de la realidad le promete mas desafíos que frustraciones, sus brazos de hombre hoy le permiten, a pesar de sus dolores físicos, poder empuñar dignamente su espada por el bien de los suyos y la justicia, su sangre puede explotar de una ira apasionada  en cualquier momento, si es necesario, pero también puede abrazar a los demás con ternura y comprensión. Se sabe seguro de sus fuerzas y lo hace saber.
Pero hay un secreto que muy pocos advierten en ese hombre que camina entre rústicos arbustos, se pierde en la montaña y los sonidos de su soledad. La sombra de una mujer, sigue persiguiendo hace un tiempo y aunque lucha por olvidar, deja por instantes que su recuerdo se filtre en su corazón.
Como no es afecto a tener mas dolores con los que ya carga en sus espaldas, cierra sus ojos, siente que se conecta con la naturaleza y sigue su camino, Busca su caballo y retorna a su casa, satisfecho, pero inevitablemente triste.
La soledad es un dulce tesoro y a la vez un peligroso abismo.
El príncipe no le teme a la soledad, Si ese ha de ser su destino, lo ha aceptado.
Sera la única concesión que haga, pero luchará dando hasta su vida por todo lo demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario